Gobiernos de Juan Manuel de Rosas



Un importante estanciero de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, logro organizar a un sector de la población rural y se levantó en armas contra el gobierno de Lavalle. Los sectores unitarios que apoyaron a Lavalle decidieron negociar la paz y acordaron , en 1829, convocar a elecciones para designar un nuevo gobernador, en la que resulto electo Rosas. Este sumaba el apoyo de todos los sectores sociales que, agobiados por la incesante guerra civil, veían en el a un hombre capaz de restablecer el orden y la paz. Contaba con la adhesión tanto de los hacendados y comerciantes, como de los peones y gauchos de la campaña, libertos y esclavos de la ciudad.

La Legislatura le otorgo las facultades extraordinarias porque el objetivo de su gobierno era acabar con las peleas entre unitarios y federales, lo declaro "Restaurador de la Leyes" y le dio el grado de Brigadier general. Durante su gobierno, Rosas dio muestras de intolerancia frente a la opiniones políticas diferentes. Dicto un decreto que condenaba como reo de rebelión a todo autor o cómplice del golpe unitario de 1828. La prensa fue objeto de censura, condeno a los periódicos opositores al federalismo. En febrero de 1832 estableció el uso obligatorio de la divisa punzo entre los empleados públicos, religiosos y militares.

Tras la elección de Rosas como gobernador de la provincia de Buenos Aires, el resto de las provincias se fueron incorporando a lo que llamaron la Confederación Argentina.

Una vez que estuvo el firme dominio de Buenos Aires, Rosas dirigió su atención al general unitario José María Paz, en Córdoba. Después de derrotar a Quiroga a principios de 1830, Paz ocupo las provincias adyacentes. Reemplazo a sus gobernantes federalistas por unitarios y creo la Liga del Interior, una alianza ofensiva y defensiva con el propósito de organizar constitucionalmente la nación basada en sistema unitario. Para derrotar a Paz, Rosas y López se unieron una vez más, formado su propia alianza en el Litoral: el Pacto Federal, una poderosa alianza antiunitaria. Mientras López reunía fuerzas para invadir Córdoba, Quiroga se reagrupo en el oeste con fondos y suministros de Rosas. Paz fue incapaz de resistir el doble ataque. Fue vencido y capturado por López y se restauración los gobernantes que Paz había reemplazado.

El Pacto Federal fue más que una alianza ofensiva-defensiva entre las provincias firmantes. Constituyo el origen de la organización de las provincias rioplatenses en una Confederación que, sin perder su carácter de provisorio, se prolongo en el tiempo hasta la caída de Rosas y la sanción de la Constitución de 1853. Establecía que cuando las provincias estuvieran en paz y tranquilidad se reunirían en un Congreso Constituyente para organizar al país bajo una Constitución Federal. Pero Rosas se opuso a la sanción porque sostenía que no estaban dadas las condiciones mínimas y consideraba imprescindible que previamente, cada provincia se organizarse. En realidad, a Rosas no se le escapaba que la organización nacional implicaba la perdida para Buenos Aires del disfrute exclusivo de las rentas aduaneras.

En noviembre de 1832, terminado su mandato de tres años y con el país en paz, Rosas abandono se cargo que fue ocupado por Balcarce. Durante un tiempo se dedico a expediciones de frontera en el sur, contra los pueblos originarios, llegando hasta el Río Negro. Esta campaña militar del Desierto - así se llamaba, "Desierto", a las regiones que no eran habilitadas por los blancos sino por los pueblos originarios - la misma se realizo en 1833. El fin era fijar kas fronteras: los hacendados no podían administrar bien sus ganados, corrían el riesgo de que un malón se les viniera encima. Había que asegurar el limite entre las estancias y el "desierto". Esto le permitió que su prestigio político aumentara entre los propietarios bonaerenses.

En 1836, la Legislatura de Buenos Aires le ofrece el gobierno nuevamente, ante un contexto de situaciones conflictivas, entre la que se cuenta el asesinato de Facundo Quiroga en Barraca Yaco, en la provincia de Córdoba. Se lo designa como gobernador y le otorgan la Suma del Poder publico. El objetivo de su gobierno era unificar políticamente a las provincias bajo el signo del Federalismo. Para ello, prohibió la oposición y uso el terror, es decir la fuerza militar desde el Estado, para dominar a todos los sectores y domesticar a la población. Rosas utilizo a la Iglesia como un instrumento más del poder, tratándola como una rama de la burocracia. Las procesiones marchaban con el retrato de Rosas. El obispo Medrano las recibía con ropas federales y desde el púlpito pedía que se apoyara al gobierno. Rosas condenaba a los herejes y los identificaba con los unitarios, difundiendo consignas tales como "Vivan los federales, mueran los salvajes unitarios". Le cedía a la Iglesia el monopolio de la educación, que se reducían a unas pocas escuelas para varones.

Los conflictos internacionales durante el gobierno de Rosas

Durante su gobierno, las provincias depositaron en Buenos Aires el manejo de las relaciones exteriores, por esto Rosas debió afrontar varios conflictos armados con países extranjeros. Entre ellos, los mas importantes fueron con Francia e Inglaterra. Ambas potencias buscaban expandir su comedio exterior y acrecentar sus actividades económicas en el Río de la Plata.

En este contexto, en 1838, el gobierno francés inicio un bloqueo al puerto de Buenos Aires, con la excusa de exigir para sus ciudadanos residentes en nuestro país la exclusión del servicio militar. El gobierno de Rosas se negó a aceptar el pedido. En octubre de 1840, finalmente por tratado Mackau-Arana, Francia pone fin al bloqueo. El gobierno de Buenos Aires se comprometió a indemnizar a los ciudadanos franceses, les otorgo los mismos derechos que a los ingleses y decreto una amnistía.

El otro conflicto se produjo también con Francia, pero esta vez aliada con Inglaterra durante 1845. Ambos gobiernos resolvieron bloquear el puerto de Buenos Aires con el objetivo de detener la influencia de Rosas sobre la Banda Oriental y lograr la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay, ya que estas situaciones perjudicaban sus intereses. Frente a la presencia de naves inglesas y francesas preparadas para incursionar en los ríos interiores, Rosas organizo la defensa y en la batalla naval de la Vuelta de Obligado, las fuerzas militares de la provincia impidieron el paso de los barcos extranjeros. Finalmente, Francia e Inglaterra retiraron sus naves y firmaron la paz con el gobernador de Buenos Aires.

La actuación de Rosas en estos conflictos le valió el reconocimiento de la población, que lo vio como un defensor de ka independencia política y económica del país, lo cual constituyo a aumentar su prestigio.

La oposición a Rosas

Para resolver los conflictos políticos y frenar cualquier manifestación de los opositores, el gobierno recurrió a la violencia encarcelamientos, atentados contra la prioridad, censura de prensa y prohibición de libros.

Frente a la imposibilidad de expresar libremente  sus criticas al gobierno, la oposición a determinadas decisiones y ante las persecuciones que sufrían, numerosos intelectuales debieron salir del país e instalarse en el extranjero (exilio). Los principales opositores al gobierno de Rosas fuero los grupos dominantes de las provincias del Litoral (propietarios de extensas tierras y comerciantes), quienes exigieron los derechos de comerciar libremente por los ríos Paraná y Uruguay y de disponer de los ingresos de sus propias aduanas en la libre navegación fluvial. Hacia fines de la década del treinta, la oposición contra Rosas adopto formas violentas, a través de levantamientos militares encabezados por caudillos. No obstante, todos los intentos de acabar con su gobierno fueron derrotados.

En 1850, el gobernador de Entre Ríos, el caudillo rural Justo José de Urquiza, propietario de grandes extensiones de tierra en esa provincia, logro aglutinar a diferentes sectores opositores a Rosas. Junto al grupo de exiliados en Montivideo, algunos uruguayos y las fuerzas navales brasileñas, formaron la Triple Alianza. Esta declaro la guerra a Buenos Aires y derroto a su ejercito en la batalla de Monte Casero (1852).


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