Buenos Aires y la Confederación Argentina 1852-1862


Una vez derrotadas militarmente las fuerzas de Buenos Aires, Urquiza, como jefe político y militar de la Confederación Argentina propuso: la nacionalización de Aduana (lo cual implicaba que los ingresos provenientes de los impuestos a la importación-exportación serian repartidos entre todas las provincias), la libre navegación de los ríos interiores y la convocatoria a un Congreso General Constituyente. El gobierno de Buenos aires decidió no participar en este ultimo, se separo de las demás provincias. Por casi diez años , la actual Argentina quedo dividida en dos Estados: el de Buenos Aires y el de la Confederación Argentina.

Mientras tanto el 1° de mayo de 1853, las provincias de la confederación, reunidas en el Congreso Constituyente en la ciudad de Santa Fe, aprobaron la Constitución. Inspirada en el pensamiento liberal de la época , del libro "las bases para la organización política de la República Argentina" de Alberdi y como modelos las constituciones de Estados Unidos y de Chile. Otorgando Derechos y Garantías individuales que reglamentaba el funcionamiento institucional del Estado. Se establecía la forma Republicana, Representativa y Federal y dentro de este sistema la division de poderes: Ejecutivos, Legislativo y Judicial. Incluía dos clausulas que irritaban a los porteños: la nacionalización de las aduanas y la federalización de la ciudad de Buenos Aires.


En 1853, Urquiza fue elegido presidente de la Confederación que fijo su capital en la ciudad de Paraná. La separación de Buenos Aires había privado a la Confederación de la principal fuente de recursos: los ingresos provenientes de la aduana de su puerto. Con el objetivo de atraer al comercio extranjero, el gobierno de la Confederación Argentina estableció aranceles mas bajos en el puerto de Rosario, pero la medida no dio los resultados esperados.

También se permitió la navegación de buques extranjeros en los ríos Paraná y Uruguay; no obstante, la mayoría continuó descargando sus mercancías en el puerto de Buenos Aires, ya que el de Rosario no era un mercado importante que justificara otros cinco días de viaje.

Ante la imposibilidad de conseguir recursos por otros medios, la Confederación declaró la guerra al Estado de Buenos Aires. Su ejercito, al mando de Urquiza, venció a las fuerzas de Buenos Aires en la batalla de Cepeda en 1859. Se firmo, entonces, un pacto a través del cual se estableció que Buenos Aires se uniría a la Confederación, previa reforma de la Constitución, en tanto que, hasta su incorporación, seguiría conservando la administración de su aduana y controlando su ejercito. Pero el conflicto aún no había terminado: las diferencias que se presentaron, en relación con la elección de diputados que debían reformar la Constitución, sirvieron de excusa para reanudar la guerra. La batalla de Pavón, a fines de 1861, significó el triunfo de los de los intereses de los grupos dominantes de Buenos Aires sobre de los  de la Confederación. Las reformas introducidas en la Constitución aseguraron la unificación de las provincias sobre la base del predominio de Buenos Aires, cuya autonomía afirmada, garantizándole por cinco años el cobro de los derechos de exportación.

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