La Caída del Poder Central
Entre Ríos y Santa Fé aceptaron la autoridad de Artigas, llamado Protector de los Pueblos Libres y desafiaban a Buenos Aires, cuyas tropas derrotó el supremo entrerriano. Francisco Ramírez en 1818, San Martín triunfaba en Maipú, asegurando la independencia de Chile; pero sus victorias no fortalecían a Buenos Aires porque San Martín, estaba decidido a no participar con sus tropas en la guerra civil. Frente a las fuerzas del Litoral, el Directorio se veía cada vez más débil.
Dos veces vencedor de las tropas del Directorio, Estanislao López se propuso organizar institucionalmente la provincia de Santa Fe y promovió una constitución provincial , decididamente democrática y federal. En 1819. el Congreso Nacional que ahora sesionaba en Buenos Aires, había sancionado una carta constitucional para las Provincias Unidas, inspirada en los principios aristocráticos y centralista, el director elegido por diputados y senadores, senadores elegidos por quienes poseían altos ingresos y los gobernadores nombrados por el director supremo para que sean elegidos en cada provincia. La reacción provinciana contra la Constitución Nacional de 1819 fue categórica.
La crisis no se hizo esperar. El Director Supremo Rondeau a la movilización de milicias y se enfrentó en la cañada de Cepeda con las tropas del litoral el 1º de febrero de 1820 su derrota fue definitiva.
Los vencedores exigieron la desaparición del poder central, la disolución del Congreso y la plena autonomía de las provincias. También Buenos Aires se constituyó como provincia independiente y su primer gobernador, Sarratea, firmo el Tratado del Pilar, en el que se admitía la necesidad de organizar un nuevo gobierno central, en el que se reafirma al federalismo como principio de organización política y desde lo económico se garantiza la libre navegación de los ríos Paraná y Paraguay. Terminó
la época de las Provincias Unidas.
Dos veces vencedor de las tropas del Directorio, Estanislao López se propuso organizar institucionalmente la provincia de Santa Fe y promovió una constitución provincial , decididamente democrática y federal. En 1819. el Congreso Nacional que ahora sesionaba en Buenos Aires, había sancionado una carta constitucional para las Provincias Unidas, inspirada en los principios aristocráticos y centralista, el director elegido por diputados y senadores, senadores elegidos por quienes poseían altos ingresos y los gobernadores nombrados por el director supremo para que sean elegidos en cada provincia. La reacción provinciana contra la Constitución Nacional de 1819 fue categórica.
La crisis no se hizo esperar. El Director Supremo Rondeau a la movilización de milicias y se enfrentó en la cañada de Cepeda con las tropas del litoral el 1º de febrero de 1820 su derrota fue definitiva.
Los vencedores exigieron la desaparición del poder central, la disolución del Congreso y la plena autonomía de las provincias. También Buenos Aires se constituyó como provincia independiente y su primer gobernador, Sarratea, firmo el Tratado del Pilar, en el que se admitía la necesidad de organizar un nuevo gobierno central, en el que se reafirma al federalismo como principio de organización política y desde lo económico se garantiza la libre navegación de los ríos Paraná y Paraguay. Terminó
la época de las Provincias Unidas.