Revolución Industrial
En Inglaterra se estaba produciendo lo que se conoce como Revolución Industrial: un proceso por el cual, poco a poco, las maquinas a vapor fueron reemplazando el trabajo manual y las tareas dejaron de hacerse en la casa de cada uno de los artesanos y se concentraron en las fábricas, que eran donde estaban las maquinas.
La Revolución Industrial comenzó por la industria textil, lo primero que se fabrico "a maquina" fueron las telas de algodón.
El desarrollo económico afecto también: a la minería, la extracción de carbón de piedra que contribuyo al desarrollo explosivo de la siderurgia, que generó a su vez la prosperidad de los fabricantes de cerámicos, necesarios para la construcción de hornos.
También creció la industria química con la fabricación de productos para el tratamiento de las telas y sus teñidos. Ademas crecieron otras industrias como la papelera, la cervecera y la vidriera. Esta revolución tuvo enormes consecuencias en Inglaterra y en todo el mundo. Una de ellas fue la imperiosa necesidad que tuvo Inglaterra de compradores, es decir, abrir el libre comercio con las colonias americanas, mercado muy interesante y los ingleses las codiciaban.
Otro cambio que trajo la revolución fue en la situación laboral de los trabajadores. las industrias requirieron para funcionar abundante mano de obra. De este modo surgió el proletariado fabril.
Los trabajadores incorporados a las fábricas textiles sufrieron duras condiciones. Las jornadas laborales eran agotadoras, de 12 a 14 horas y se incrementaron cuando apareció el alumbrado artificial. Los establecimientos carecían de una adecuada ventilación y calefacción, y los trabajadores estaban expuestos a las enfermedades pulmonares. Entre los trabajadores, se encontraban mujeres y niños (entre siete y diez años), ellos recibían menor salario que los hombres. Los salarios que se pagaban eran muy bajos y los propietarios impusieron multas a quienes no realizaban bien el trabajo.