La Revolución de Mayo de 1810, primer intento de independencia

En los primeros meses de 1810, Napoleón, el emperador francés, mandó un ejercito de 30000 hombres a invadir España. Derrotaron a la junta de Sevilla. Los integrantes de esta junta pudieron huir y se refugiaron en Cádiz. En esta ciudad constituyeron un consejo de regencia. Teóricamente, las colonias americanas dependían de él.

El 15 de mayo de 1810 llego la noticia al Río de la Plata que la junta de Sevilla había caído en manos de los franceses. Como ya no había rey, los virreyes no tenían autoridad. Por ello se armo una discusión: ¿quién era el que debía designar las autoridades que gobernasen el Río de la Plata?

El cabildo de la ciudad decidió convocar a todos los vecinos a un Cabido Abierto. Se mandaron 450 invitaciones, pero solo unos 250 concurrieron a la cita. Era el 22 de mayo. En la plaza, algunos grupos de personas, encabezados por dos criollos entusiastas, French y Berutti, habían presión con su presencia. En el interior, criollos y españoles discutían.

• El obispo Lué sostenía que mientras hubiera un español en América, él tendría autoridad sobre los americanos.
• Castelli decía que al desaparecer el rey, la soberanía debía volver al pueblo.
• Juan José Paso afirmó que se trataba de una situación de emergencia y que Buenos Aires debía decidir por las demás ciudades.

Esta discusión del Cabildo Abierto sirvió para explicar y justificar lo que iba a suceder tres días después. A los criollos les interesaba darle un valor legal a la decisión de cambiar el gobierno. Saavedra, jefe de los patricios, propuso que el virrey cesase en el mando y que el cabildo nombrase una junta de gobierno. Esta idea fue aceptada por el cabildo abierto.

El día 23 se nombró una junta integrada por dos criollos, dos españoles y como presidente a Cisneros. Pero esta junta no respondía a las apariciones de los criollos, ya que los españoles seguían siendo mayoría.

El día 25 de mayo un grupo de gente se congregó en la plaza. Los jefes de las milicias entraron al cabido y comunicaron que había una gran tensión entre los milicianos, que había un gran descontento y era necesario nombrar cuanto antes una  Junta donde los criollos tuviesen mayoría. Se nombró la Primera Junta que, esta vez sí, complació al pueblo y a los jefes de las milicias. Su presidente era jefe del Regimiento de Patricios, Cornelio de Saavedra; sus secretarios eran dos abogados: Mariano Moreno y Juan José Paso. Los seis vocales incluían a dos dirigentes del partido patriota: Juan  José Castelli y Manuel Belgrano, el secretario del Consulado. Había también un oficial militar español, Miguel de Azcuénaga, un sacerdote, Manuel Alberti, y dos comerciantes españoles, Juan Larrea y Domingo Matheu.

Se había tomando una decisión, pero tranquila y moderada. En la junta no había sólo criollos, también había españoles. Además la Junta declaró que gobernaba - como tantas otras Juntas españolas - "en nombre de Fernando VII". Tal vez fuera sólo un disfraz, una mascara, como se decía en la época. Tal vez algunos pensaban que era una máscara y otros pensaban que era perfectamente serio. Lo cierto es que el nuevo gobierno tenia necesidad de aparecer como el heredero del viejo gobierno; tenía que parecer que no hacia sino ocupar el lugar que el viejo gobierno había dejado vacante. La cuestión de la independencia se discutiría más adelante.